miércoles, 2 de abril de 2008

Un día animal

El maldito y condenado despertador suena en mi delicada orejita a las 7:00 am.. con la rapidez de un mono muevo el brazo apago el reloj y duermo 10 minutos mas. Al segundo pitazo de la desgraciada maquina, me empiezo a mover como un perezoso para salir de la cama y correr el metro que separa mi camita del maldito closet con ropa helada. Saco la ropa lo más rápido que pueda y la llevo a mi camita y me tapo con mi cubrecama calientito y rico. Me muevo a toda la velocidad y torpeza de un pequeño elefante para ponerme mi ropa entremedio de las sabanas. Cuando mi cerebro comienza a funcionar (esto es como a las 7:45) ya estoy mas apurada que la contumelia y tengo que armar mi bolso. Corro como un perro detrás de un pedazo de carne para encontrar todas mi cosas. Trago un poco de café y un pan para “desayunar” algo nutritivo y parto como gato perseguido para alcanzar la micro que pasa cada 15 minutos. Llego a la u y comienzo a darme cuenta que voy cargada como camello y que más encima tengo que estudiar para ser mejor que un delfín. Después de eso tomo otra micro para ir a entrenar. Corro como caballo bandido y termino mas cansa que yegua. Vuelvo a tomar 2 micros para llegar a mi casa. Cómo como chancha y me ducha para que se me pase el olor a animal en descomposición. Después se me echa la yegua y quedo botada en mi cama hasta el otro día.
Muuuuuh!

1 comentario:

Sebastián dijo...

Waaaaa... que bkn tu post =)

Me gustó muchísimo... pero creo que describe la realidad de casi todos nosotros :P


Un abrazo enorme!